A unos diez kilómetros del pueblo de Maras, el sitio arqueológico de Moray es totalmente único en la región. Consiste en terrazas incas en forma de círculos que se hunden en la tierra, alcanzando hasta 1,20 m de altura por cada círculo, en dos cuencas separadas. Mirándolos desde arriba o desde abajo, todas las perspectivas son increíbles. Se piensa que esto habría sido una especie de laboratorio agrícola donde se realizaron experimentos según los microclimas correspondientes a cada nivel de terraza. Muy impresionante, y no hay que perdérselo.